Por María Cañete Usón
“Estoy yendo a terapia pero no sirve para nada” ¿Cuántas veces, desafortunadamente, habréis (y he) escuchado esta frase o similares? Más de las que os podáis imaginar.
Diversos estudios muestran que hay ciertas acciones que están impidiendo que las personas que asisten a una terapia con un/a psicólogo/a se beneficien de la misma, y piensen que no están avanzando nada.
Estas acciones pueden ser:
- No decirle la verdad a tu psicólogo: Si no conoce vuestra historia completa, es imposible que tenga toda la información para analizar y poder ayudarte.
- No hacer las tareas en casa: Si bien es cierto que es muy importante el avance y entendimiento durante la terapia, es mucho más importante trabajar fuera de la consulta las tareas que se encomiendan.
- Faltar a tus citas: La periodicidad es muy importante para no perder el hilo de la terapia y continuar con el plan de tratamiento. Si estamos mucho tiempo sin ir, es posible que ocurran otras cosas de por medio que nos atrasen en el proceso.
- El terapeuta puede no estar especializado: Hay muchas ramas y especialidades en la psicología, es imprescindible trabajar con el psicólogo que tenga las herramientas y formación correcta para tu problema.
- No hay motivación al cambio: El psicólogo te va a guiar y enseñar técnicas, pero es trabajo de cada paciente querer realizar esos cambios en su conducta (que no siempre son fáciles).
No olvides que tu terapeuta te acompañará en este camino, te guiará y te dará las estrategias necesarias para conseguir el éxito, será por así decirlo tu “copiloto”, pero al fin y al cabo el piloto eres tú.