El pasado lunes, día 11 del presente mes la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha emitido una Sentencia en la que se condena a dos años y seis meses de prisión por homicidio en grado de proposición más cinco años por depósito de armas de guerra, a Miguel Murillo, un hombre que propuso terminar con la vida del presidente del gobierno.
El inicio de las amenazas se remonta a junio de 2018 a través de la conocida aplicación de mensajería WhatsApp. En esta sentencia recuerdan los magistrados que el ahora condenado “fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presidente del gobierno, para lo que se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo».
Con independencia de la mayor o menor gravedad de estas dos figuras delictivas y de la participación de circunstancias que modifican la responsabilidad penal, esta Sentencia debería ser ejemplo para proyectar sobre los usuarios de las redes sociales el indebido uso que de las mismas se suele hacer y concienciar de que el perjuicio de este uso indebido puede llegar a condenas como la que aquí señalamos.
El insulto gratuito, los improperios y descalificaciones injustificadas e injustificables, calumnias, injurias y las invitaciones en las redes sociales a participar en la realización de hechos delictivos son conductas para perseguir por nuestro ordenamiento penal.
El peligro que representa el mal uso de las redes sociales es una evidencia, un riesgo de notable entidad que requiere y exige un nuevo tratamiento por parte de todos los sectores y ámbitos implicados, y no sólo por parte de la Ciencia del Derecho Penal.
Desde “Ribereño Digital” propongo recordar una célebre frase del poeta latino Quinto Horacio Flaco que vivió en el siglo I antes de nuestra Era: “La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera”. Por tanto, a pesar de que el tiempo transcurrido desde que este poeta escribiese esta cita es considerable, sigue teniendo indudable vigencia en nuestros días.
Utilicemos las redes sociales con responsabilidad.