Por María Cañete Usón
El Coronavirus ha cambiado nuestra vida, en eso estamos todos de acuerdo, en general a peor. Ha modificado nuestras relaciones, nuestro ocio, nuestras relaciones sociales y hasta la forma en la que aprendemos o trabajamos.
Cualquier situación altamente catastrófica o alarmante (la pandemia que estamos viviendo, por ejemplo) supone un caldo de cultivo para la aparición de trastornos mentales, en concreto los relacionados con el miedo excesivo, y es que esta pandemia ha dañado la salud mental de gran parte de la población, tal y como muestran los estudios llevamos a cabo por la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
El miedo a la infección a través del contacto o la permanencia en espacios cerrados, así como el temor a la muerte de seres queridos, el aislamiento social, la soledad, la pérdida de estabilidad laboral y económica, han sido los detonantes de lo que ahora conocemos como Coronafobia, término acuñado en 2020 e investigado actualmente.
Si bien es cierto que no todos los seres humanos desarrollamos fobias de la misma forma, dependiendo en gran medida de factores genéticos y ambientales, entre otros, lo que se ha visto es que la falta de tolerancia a la incertidumbre, la vulnerabilidad percibida o la propensión a la ansiedad, son determinantes en el desarrollo de esta fobia específica.
¿Qué es la Coronafobia?
Es una ansiedad excesiva a contraer el COVID19 que llega a ser altamente incapacitante y tiene grandes implicaciones en el bienestar emocional. Esta fobia conlleva comportamientos autolimitantes y desadaptativos, y viene acompañada por sentimientos de miedo, angustia, ansiedad y depresión.
Dicha ansiedad se materializa en un trastorno que es más conocido, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), que puede llegar a aparecer como consecuencia de esta fobia o a agravarse si ya estaba instaurado.
Las obsesiones más comunes son la idea de contagiarse o contagiar a los seres queridos; en cuanto a las compulsiones más habituales (que no dejan de ser conductas que aparecen para hacer frente al malestar provocado por las obsesiones) podemos encontrar el lavado de manos excesivo, que inicialmente es una conducta adecuada y saludable, pero en este contexto se convierte en la base del aumento de la prevalencia del TOC asociado al COVID19.
Otros trastornos derivados de la pandemia
El miedo excesivo al contagio no es el único trastorno que se ha visto aumentado a raíz de la pandemia en la que estamos sumidos hace dos años. Otro de los trastornos que ha aumentado su prevalencia es la Agorafobia, en el cual la persona experimenta un miedo excesivo ante lugares o situaciones de los cuales sería complicado huir.