La verdad es que esta pregunta puede y debe abrir muchos debates dentro del Kenpo y las Artes Marciales.
Comenzamos el DO “Camino” de las Artes Marciales con ganas e ilusión. A veces, debido a lo que hemos visto en películas, o lo que hemos podido sentir a nivel personal.
Si nuestros/as amigos/as practican y queremos compartir ese tiempo con ellos/as.
Si nuestro padre, madre, hermano/a practican o se dedican a la enseñanza, etc., o por ese gusanillo que nos dice que ése es nuestro verdadero camino.
Como podemos observar hay infinidad de posibilidades que pueden hacer, que nos apuntemos a este mundo tan interesante.
Una vez dentro del Tatami, nos damos cuenta de que hay personas que vienen y van…que vuelven a apuntarse y vuelven a desaparecer una temporada.
También hay alumnos/as, que no se pierden ni una clase, que tiene una facilidad innata para asimilar los conceptos, realizar posiciones, Katas, Kumite y lo que haga falta, ya que sus condiciones son propicias para practicar Kenpo.
De hecho, hay muchísimas personas que gracias a las Artes Marciales han podido redirigir su vida, ya que el rumbo en el que estaban o la gente con la que se rodeaban no eran las más aconsejables y sabían que si seguían por ese camino iban a terminar de una manera desastrosa.
¿Pero, que pasa con las personas que abandonan el Kenpo y las Artes Marciales, cuando se les daba bien?
– ¿Lo dejan por haber obtenido el cinturón negro?
– ¿Por haber logrado proclamarse alguna vez campeón/a de España?
– ¿Por qué no se cumplen sus expectativas?
– ¿Consideran que ya dominan el Arte Marcial que practican?
– ¿Han cambiado de amistades y de ambiente?
La verdad es que podríamos seguir haciendo preguntas y nunca sabríamos realmente el porqué.
Consideramos que los/as alumnos/as, son parte de nuestro proyecto personal como profesionales del Kenpo y las Artes Marciales.
Al intentar en el día día transmitirles, educación, respeto, humildad, compañerismo, superación, constancia, esfuerzo y muchas más virtudes que van intrínsicamente unidas al Kenpo y otras Artes Marciales.
Sentimos como un fracaso personal que ese/a alumno/a, se vaya de nuestro lado sin siquiera decir adiós.
Y con el tiempo, llegamos a aceptar que cada uno/a es libre de andar su propio camino, que no debemos machacarnos por ese sentimiento de decepción, producido por esas expectativas que teníamos proyectadas.
Así que…No hay mayor libertad que dejar volar.
Nuestros pasos nos llevarán por el camino que elijamos y el tiempo nos dirá si esa elección fue correcta o no.