Recuerdo cada nombre y cada conversación.
Hace exactamente 2 años, Alba, representando al colectivo de mujeres del 8M, en el rellano de mi casa, me cogía la palabra para subirme al escenario a hablar de hormonas.
Le siguió mi querida María, tras una clase de pilates de esas que le gustan lo justo, me propuso ir a las jornadas culturales de la Peña Sajeño.
En la habitación del hospital, con mi hijo en la cama y la tristecica propia de la situación le cogí la llamada a Cristina, de la Comarca. Dos colaboraciones me pidió, ella no lo sabe, pero en aquel momento fueron bálsamo para mi alma.
Casti, no dudó en que mi propuesta de charlas y talleres iba a ser un éxito y Ana llenó una sala de joteros y otros artistas para respirar.
Y hablando de aire y diafragma, Vero hizo posible que la sala Alaun acogiera a 80 personas y María y Arancha de mi queridiiiiisima AMVA, disfrutarán en mayo de ese taller de respiración que hará que sus músicos nos deleiten con sus obras mejor si cabe.
Sara (Kopiena), Diego (Artros), vecinos que han llevado su saber a otros lugares, también han contado conmigo.
Y así, persona a persona, momento a momento, me habéis hecho sentir la confianza y el cariño que a veces solo expresamos a los que vienen de fuera.
Y es gracias a vosotros, a cada impulso, que me lanzo a esta nueva aventura de compartir en charlas y talleres todo aquello que me ha ido construyendo y en lo que tanto creo.
Me siento PROFETA EN MI TIERRA, y llevaré mi tierra allá donde vaya.
GRACIAS.