Un año más nos volvemos a encontrar en esta fecha tan señalada en el calendario por la tradición de visitar con la familia los cementerios donde se encuentran nuestros seres queridos que ya no están, realizando una serie de ofrendas a modo homenaje, independientemente de las creencias religiosas de cada uno.
Y aunque en nuestro país tiene una connotación principalmente triste y emotiva (en otros países como México, por ejemplo, es un día festivo muy importante), hoy vamos a tomar un punto de vista positivo y nos vamos a centrar en los beneficios que vivir este día tiene para nuestra mente y nuestras emociones:
Uno de los principales beneficios de este día es que puede servirnos para aceptar nuestras emociones, expresarlas a los demás y conocer más a fondo nuestro estado emocional actual, revisar cómo nos encontramos, qué relación guardamos con los que ya no están, qué relación tenemos con la muerte y con la vida.
La distancia social a la que hemos estado últimamente sometidos ha ocasionado un descenso en esa expresión de las emociones a los demás y ha hecho estragos en nuestro equilibrio emocional. Aprovechemos este día para abrirnos un poco con los más allegados.
Otro beneficio es que se genera un tiempo dedicado al recuerdo de la persona fallecida, recuerdo de experiencias, emociones, situaciones vividas… en definitiva, un recuerdo “positivo” que nos ayuda también a gestionar nuestras emociones y dejar a un lado la tristeza por su ausencia.
¡Feliz Día de Todos los Santos!