Hola buenos días a todas. ¿Os gusta que se rían de vosotras? A nadie le gusta que se rían de ella, ¿verdad? Hoy os vengo a hablar sobre el bullying actual en las redes sociales y que tipo de impacto causa sobre todo en los adolescentes. He elegido este tema, ya que es muy grave y lamentablemente sucede a diario. Todas sabemos lo que es el acoso escolar, es el acoso escolar es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado, pues bien, el ciberbullying es realizar este acoso a través de las redes sociales, o sea, en el anonimato o en grupos, lo que hace este acto especialmente cobarde.
Las víctimas anuales de este suceso son 200 mil jóvenes de entre 14 y 28 años según un informe realizado por la OMS. Reino Unido parece ser, según la ONU, el país más afectado por el acoso escolar, seguido por Rusia, Irlanda, España e Italia, estos son unos de los países más desarrollados del mundo y por tanto donde hay unos niveles de educación muy altos. Concretamente en España el ciberacoso a menores detectado ha aumentado un 65% en el último lustro, según los datos recogidos en el Sistema Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior. Los chicos tienen acceso, cada vez antes, a un mundo sin reglas como es Internet. Las herramientas usadas por los ciberacosadores se multiplican a medida que su uso se populariza entre los adolescentes. Y el móvil se ha convertido en su aliado más perverso. Casi todos los jóvenes de entre 15 y 24 años posee un móvil y lo usa como dispositivo de referencia para mensajería instantánea y como acceso a redes sociales. En comparación con el acoso tradicional, en el que los niños se encontraban en un entorno seguro cuando volvían a casa, ahora nos enfrentamos a un fenómeno que se sufre las 24 horas del día. Ahora no hay escapatoria para las víctimas del ciberacoso. Los casos suceden, más aún si cabe que en las aulas, fuera de ellas, y también tenemos que destacar que el inicio en las nuevas tecnologías se produce a edades cada vez más tempranas, en muchos de los casos los autores no superan los 14 años, la edad mínima penal. Los adolescentes pueden esconderse detrás de la pantalla en su habitación, mientras bombardean a los demás, sintiéndose muy poderosos e intocables.
Como podemos comprobar el acoso escolar es un problema complejo y muchas veces invisible, que tiene raíces tanto en la psicología, como en la educación en familia y en la escuela y requiere medidas para dar la respuesta adecuada: educar en empatía, coordinar la respuesta de los centros educativos, ser conscientes del problema. Pero donde realmente hay que incidir para solucionar el problema es en las aulas. En la gran mayoría de los centros se realizan actividades de sensibilización, y muchos de ellos cuentan con equipos de convivencia. La educación en valores se intenta transmitir en todas las materias, pero no es suficiente, debe ser una parte más del trabajo docente, su organización y una metodología adecuada. Queda mucho por hacer, y es necesario un diálogo con las asociaciones de padres y madres, los sindicatos, las direcciones de los centros, especialistas en la materia y autoridades educativas para diseñar un plan realista de prevención y resolución del problema.
La parte más esperanzadora es la constatación de que los casos disminuyeron notablemente en el año 2020, un 15% de los encuestados aseguró conocer a algún compañero víctima de ciberacoso, la cifra es especialmente llamativa teniendo en cuenta queen 2016 el datoalcanzaba el 50%, pero aún queda mucho trabajo. Todavía quedan muchas compañeras y compañeros nuestros que lo pasan mal por este motivo. Es algo que no podemos permitirnos en una sociedad como la nuestra.
Por NATALIA LAFUENTE DOS SANTOS