Por María Cañete Usón
El efecto placebo es un fenómeno bien conocido en psicología y medicina que se refiere a la mejoría de los síntomas en una persona después de recibir un tratamiento inactivo o una sustancia sin efecto terapéutico. La palabra placebo significa «yo complaceré» en latín, lo que refleja la idea de que el efecto placebo se basa en gran medida en la sugestión y la expectativa del paciente de que el tratamiento será efectivo.
En psicología, el efecto placebo se ha investigado en el contexto de los tratamientos para trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. Los estudios han demostrado que los pacientes que reciben un placebo pueden experimentar mejoras significativas en sus síntomas, incluso cuando se les ha informado que están recibiendo un tratamiento inactivo. Esto sugiere que la creencia en el tratamiento y la expectativa de mejoría son factores clave en el efecto placebo.
El efecto placebo también se ha estudiado en el contexto de la terapia cognitivo-conductual (TCC), una forma de psicoterapia que se utiliza para tratar una variedad de trastornos mentales. La TCC se basa en la idea de que los pensamientos y comportamientos negativos pueden contribuir a los síntomas de los trastornos mentales, y que cambiar estos patrones puede mejorar los síntomas.
Dicho efecto no se limita a los tratamientos psicológicos. También se ha investigado en el contexto de los medicamentos y otros tratamientos médicos. Por ejemplo, se ha demostrado en diferentes investigaciones que los pacientes que reciben un placebo pueden experimentar mejoras en el dolor crónico, la hipertensión arterial y otros trastornos médicos.
Por tanto, aunque el efecto placebo no es un tratamiento en sí mismo, su estudio puede ayudar a mejorar la comprensión de cómo los tratamientos médicos y psicológicos funcionan, y puede ser útil en el desarrollo de tratamientos más efectivos en el futuro.