Por María Cañete Usón
La llegada de un bebé es un momento emocionante y transformador en la vida de una mujer. Sin embargo, también puede ser un período desafiante. En esta etapa, el apoyo social y la presencia de una red de amigos y familiares juegan un papel crucial en el bienestar psicológico de la nueva madre.
Desde una perspectiva psicológica, el impacto positivo de tener una red de apoyo durante este período es innegable. Sentirse parte de dicha red puede reducir los sentimientos de soledad y aislamiento que a menudo acompañan a la maternidad, especialmente durante los primeros meses cuando las demandas del bebé son más intensas.
También puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad asociados con la maternidad. Cuando las nuevas madres se sienten respaldadas y comprendidas por amigos y familiares, es más probable que experimenten una sensación de calma y tranquilidad. Además, el apoyo emocional y práctico puede ayudar a aliviar la carga de las responsabilidades diarias, lo que permite a las madres concentrarse en cuidar de sí mismas y de sus bebés.
El cuidado personal es esencial para el bienestar psicológico durante la maternidad, pero a menudo puede pasar a un segundo plano debido a las demandas del bebé. Sin embargo, una red de apoyo solidaria puede alentar a las nuevas madres a priorizar su propio bienestar y practicar el autocuidado. Desde ofrecerse para cuidar al bebé durante unas horas hasta preparar comidas nutritivas o simplemente escuchar atentamente, el apoyo de amigos y familiares puede permitir a las madres dedicar tiempo y energía a cuidar de sí mismas.
Finalmente, una red de apoyo positiva puede promover y fortalecer el vínculo materno-infantil al proporcionar un entorno de apoyo y seguridad emocional para la madre y el bebé. Cuando las madres se sienten respaldadas y tranquilas, están más capacitadas para establecer conexiones afectivas sólidas con sus bebés, lo que es fundamental para el desarrollo emocional y cognitivo saludable del niño.