Por María Cañete Usón
Hace ya unas semanas nuestro país sufrió un gran golpe, en concreto la zona de Comunidad Valenciana y alrededores, debido a la DANA que produjo enormes tormentas, inundaciones y una cantidad muy elevada de muertos y desaparecidos, además de los diversos daños y pérdidas materiales. Es por eso que hoy quiero hablaros de un fenómeno psicológico llamado “Síndrome del superviviente”.
El síndrome del superviviente se manifiesta en personas que han sobrevivido a situaciones traumáticas, como desastres naturales, guerras, accidentes graves o actos de violencia. A menudo, estos individuos experimentan sentimientos de culpa, ansiedad y depresión, mientras lidian con el peso emocional de haber sobrevivido cuando otros no lo hicieron.
La raíz del síndrome del superviviente puede variar según el contexto de la tragedia. Algunos factores incluyen:
1. Culpa: Esta es una de las emociones más comunes entre quienes han sobrevivido a eventos traumáticos. Los supervivientes pueden cuestionarse por qué ellos sobrevivieron cuando otros murieron, lo que puede llevar a una profunda sensación de culpa
2. Impacto emocional: Las experiencias traumáticas a menudo dejan huellas duraderas. Los recuerdos persistentes del suceso, junto con la pérdida de seres queridos o amigos, pueden intensificar el sufrimiento emocional
3. Expectativas sociales: En muchas culturas, se espera que los supervivientes se sientan agradecidos por su vida. Sin embargo, esta presión puede resultar abrumadora y generar sentimientos de desconexión o incomprensión por parte de quienes los rodean
Algunos síntomas del síndrome del superviviente incluyen:
- Culpa y vergüenza: Sentimientos persistentes de no merecer la vida o haber fallado a los que murieron
- Ansiedad y estrés postraumático: Flashbacks, pesadillas e hipervigilancia
- Depresión: Tristeza profunda, pérdida de interés en ciertas actividades y fatiga emocional
- Dificultad en las relaciones: Aislamiento social o sentimiento de incomprensión
Si estás inmerso en este fenómeno o conoces alguien que lo esté, lo primero de todo es brindarle apoyo emocional y terapia psicológica, puesto que está demostrado que la terapia cognitivo conductual y la terapia de exposición ayudan muchísimo a tratar estos síntomas. Así como el Mindfulness y la meditación se han hecho también un hueco en el tratamiento de este fenómeno, disminuyendo la ansiedad y promoviendo la autoaceptación.
Otro de los enfoques para afrontar este fenómeno son los grupos de apoyo, pueden ser muy beneficiosos ya que fomentan el sentido de comunidad y comprensión, y es un lugar seguro donde compartir las experiencias de cada uno.
Y, por último, el ejercicio y la actividad física, puede mejorar considerablemente el estado de ánimo y reducir el estrés, proporcionando un alivio a la carga emocional.