Cuando comienzas a cruzar tienes prisa por cruzarlo, en mitad del puente te das cuenta de que significa cruzarlo, entonces te das cuenta todo lo que has corrido y a partir de ese momento quieres disfrutar cada paso que queda por cruzarlo. El puente que cruza del nacimiento a la muerte.
En mitad del puente guardas el tiempo como guarda el agua que le queda en la cantimplora al caminante perdido, que no sabe cuándo se quedará sin ella.
En mitad del puente aprendes a gestionar el tiempo pues te das cuenta de que el tiempo es más valioso que el oro.
En mitad del puente ya has sentido más de un abrazo, más de una puñalada más de un desengaño, derrotas, triunfos, sentido lo que es la felicidad y solo quieres caminar junto a las personas que merecen la pena, aquellos que con sus actos y gestos demuestran que merece la pena caminar junto a ellos.
En mitad del puente lo que menos te importa son aquellos que no han querido acompañarte, si no los que siguen contigo.
En mitad del puente miras atrás y te das cuenta los pasos que has despreciado, no aprovechado por la prisa de la ignorancia, y caminas con mucho cuidado, aprovechas cada paso como si fuera el último porque sabes que lo que avanzas ya no puedes retroceder, no hay marcha atrás ya no existe lo que anduviste, y tampoco sabes lo queda por cruzar, solo cada paso que das.
“En mitad del puente”
Ronin Sancho.