Antes que nada, elegí este tema porque atrae mi interés, me gusta defender los derechos de los seres humanos y plantear diferentes puntos de vista.
Explicadas mis razones del por qué he elegido el tema, os planteo unas preguntas: ¿Qué es la prostitución? Una forma de esclavitud o un trabajo. ¿Vosotras os prostituiríais? Depende de las circunstancias, imagino. ¿Y si lo hicierais? ¿Trabajaríais debido a una necesidad económica, sino os quedara otra opción, o trabajaríais para satisfacer vuestros caprichos? Y, por último, la pregunta de las preguntas: ¿Prohibiríais la prostitución?
Como ya sabéis, hay países que consideran la prostitución legal en todos los aspectos, otros no tienen un uso regulado, control y están llenos de proxenetas y burdeles que involucran a terceros, en otros es ilegal y se castiga al que compra sexo o se castiga a los que se prostituyen tanto si es de manera voluntaria como si no y, por último, se encuentra aquellos países que no tienen registro de este tema.
Ni siquiera os he dado datos y probablemente estaréis pensando que hemos echado por tierra nuestra dignidad como especie, pero… ¿Y si un porcentaje de la población lo aprueba? Y cuando digo personas que lo aprueban me refiero sobre todo a los propios sujetos que quieren prostituirse y de los clientes potenciales.
Hasta ahora he hablado negativamente de la prostitución y me gustaría que, fuera de mi punto de vista subjetivo, os replanteéis tres situaciones:
- La persona que por obligación necesita prostituirse por diferentes razones, pero en contra de su voluntad, perdiendo su orgullo y dignidad y por supuesto viviendo una experiencia atroz.
- La persona que quiere prostituirse porque desea trabajar en ello y tener un buen nivel adquisitivo.
- Los clientes, hombres y mujeres, que necesitan de estos servicios como única vía para tener relaciones sexuales.
Ahora ¿Qué hacemos? Les quitamos el derecho de libertad a aquellas personas que trabajarían en ello, o lo prohibimos y lo ilegalizamos. Puede que todas penséis en prohibirlo, pero ¿Hay algo mejor que trabajar en lo que uno quiere e ir al trabajo como si de una afición fuera y no como una obligación?
Imaginemos que, en todas las partes del planeta, la prostitución se considera como un trabajo legal, pero solo la practican aquellos y aquellas que gusten de hacerlo. Ahora ¿La prohibiríais? O ¿Ya os parece mucho mejor la cosa? Mejor ¿No?, todo legal, happy flower, amor…, paz…, ojalá ¿No? Así terminaríamos con este problema… y ya si nos ponemos serios acabaríamos con el hambre en el mundo…. no especificamos que hambre.
Bueno… esta bromita me hace replantearme una cosa: ¿Por qué el ser humano… prefiere… la ilegalidad y el aprovechamiento… si todo sería más fácil en un mundo donde todos nos sintiéramos a gusto? Porque yo, pienso que vosotras también, no encuentro problema en que aquellos y aquellas que quieran hacerlo… lo hagan de manera libre sin dañar a los que no quieren hacerlo, pero aquí viene otro problema, ¿Y si no tienes otra opción?
Cuando la prostitución es una forma de esclavitud y todo el mundo hace la vista gorda, sin ir más lejos en nuestro país. Todos sabemos que existe esta situación, pero no se combate con la debida contundencia. Todos vemos noticias de detenciones de mafias que se dedican a la prostitución, pero a la vez vemos prostíbulos abiertos en las carreteras donde se sigue teniendo a mujeres y niñas ejerciendo la prostitución contra su voluntad. Parece ser que el Gobierno está ahora más decidido que nunca a abolir la prostitución, centrando la responsabilidad en los propietarios de los burdeles y en los clientes, ya que los unos obtienen grandes beneficios y actúan para aumentar sus mercados, y que los compradores de sexo desempeñan un papel fundamental, puesto que mantienen la demanda de este mercado. Así se están elaborando leyes y acciones para sancionar a los clientes y proxenetas y no “prohibir” la prostitución como tal, es decir, no sancionar a las personas que ejerzan la prostitución para lograr poco a poco su abolición por la vía de acciones sociales que reinserten a las víctimas, ofreciéndoles otras salidas laborales. Entiendo que habrá que ser muy cuidadosos al aplicar estas acciones ya que pueden poner en riesgo a estas personas que ahora ejercen la prostitución de esta manera, ya que pueden derivar en la clandestinización de la actividad, peores condiciones de trabajo e incluso la pérdida de vivienda que tenían en los burdeles. En otras palabras, hay que cuidar el derecho a tener derechos de las personas que ejercen la prostitución de manera obligada.
Particularmente pienso que hay que dejar a los ciudadanos que decidan qué hacer con su cuerpo y regular la prostitución para dotar de garantías a quien la practica voluntariamente como un trabajo más, como se hace en otros países avanzados. Todos cuando llegamos al mercado laboral, trabajamos por dinero a cambio de nuestro tiempo y, por qué no decirlo, de nuestro cuerpo. Una cosa es que no guste la prostitución, entendida como el comercio voluntario del cuerpo de una persona, y otra cosa es que sea un delito.
Por Caya Achón Cuenca