Hola buenos días a todos y a todas, mi nombre es Caya Achón y como bien ha dicho mi compañera Natalia vengo a demostraros a partir de mis argumentos una de las razones del por qué los adolescentes no son machistas.
Para comenzar nombraré a Miguel Lorente, Delegado del Gobierno contra la violencia de género, el cual aseguraba hace tan solo una semana que: “El machismo es cultura, no es conducta, y los mensajes negacionalistas están calando entre los jóvenes”.
Los últimos asesinatos de jóvenes a manos de sus parejas rompen el estereotipo de que este tipo de agresiones se produce a todas las edades. Los mensajes negacionalistas de la ultraderecha distorsionan la realidad para tratar de definir como normalidad algo que no lo es, enmascarando la falta de autoestima de algunos chicos y sentimientos de sumisión total en algunas chicas para no perder la posición de superioridad del sexo masculino que culturalmente han aprendido en sus casas.
Además, según un estudio del Centro Reina Sofía, el 24% de los jóvenes considera que la violencia de baja intensidad es normal en una relación. La única manera de cambiarlo es con la educación, relacionarnos de una manera diferente a la que nos han dicho. Porque…: ¿Qué está pasando para que 1 de cada 5 jóvenes opine que la violencia de género no existe y la consideren un “invento ideológico”?
Complementando al argumento anterior, podemos decir que, al igual que resto de cosas aprendidas en la pubertad, el comportamiento “machista” cala en jóvenes, en su mayoría, con problemas de autoestima. La educación en la igualdad llega tarde. En el instituto las actividades destinadas a la prevención del sexismo se enfocan mayoritariamente en 3º o 4º de la ESO, edad entre 14 y 15 años, seguramente tarde, cuando ya se han desarrollado las primeras conductas violentas en las primeras relaciones, más difíciles de manejar en el futuro.
Desde mi punto de vista, “Nadie nace siendo un maltratador”, un maltratador se hace por la influencia del mundo que lo rodea. En la novela “Canticos de una lejana tierra” de Arthur C. Clarke, el autor nos relata el final del sistema solar y el intento de preservar la vida humana, se mandan naves a diferentes exoplanetas con embriones humanos y máquinas que los cuidarán; para que estas futuras generaciones sean puras, se les envía sin ningún tipo de información religiosa o política que los pueda corromper, formándose así comunidades libres de perjuicios y pecados. Ocurre lo mismo con un adolescente.
Por ello, la educación en igualdad desde una temprana edad, antes de que falsas informaciones lleguen a nosotros, harán tomar conciencia a los jóvenes de lo que supone el maltrato y se dará cuenta que no quieren ser así.
Si pensamos lógicamente, la educación y la cultura es esencial y, por ello, en los centros educativos se tiene que tratar con mayor antelación, porque, los chicos que han vivido en sus hogares la violencia machista contra sus madres pueden desarrollar de manera temprana esa conducta.
Y, si argumentamos con sentido común, deducimos que: “Si no quieres que te lo hagan a ti, no se lo hagas a los demás”.
Hay que educar en la igualdad, tanto en el género como en los demás ámbitos de la vida, ya que muchos de los abusos en jóvenes derivan en trastornos de la personalidad y en complejos de inferioridad que, a su vez, pueden derivan en otros abusos a otros jóvenes.
El lado positivo de la época que nos toca vivir es que la mayoría de los chicos y chicas viven una relación de igualdad, conocido como “feminismo” (igualdad de capacidades y derechos entre hombres y mujeres), gracias a la educación y la cultura que tenemos hoy en día, fruto de los avances que se han dado al respecto en las últimas generaciones.
Como experiencia personal, pondré el ejemplo de mi casa. En ella mis padres comparten por igualdad las tareas, trabajo y responsabilidad, los mismos derechos y obligaciones al 50%. Eso es lo que aprendí desde pequeña, lo que transmitiré y lo que transmito en mi entorno de amigos y familiares.
De un entorno familiar erróneo saldrá, casi seguro, un maltratador si no se le reeduca. El machismo en los adolescentes es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, siguen encontrando en la masculinidad hegemónica una identidad que consideran válida. Solo con una educación en la igualdad se puede corregir el problema.
Para acabar, nombraré algunos conceptos que parte de la población confunde o niega.
La igualación entre machismo y feminismo, y el pensamiento de que el machismo no existe y es una invención de los feministas.
Esto no es así, el feminismo es una ideología que busca la igualdad entre ambos géneros.
El machismo es una aptitud, es la supremacía del hombre sobre la mujer y, como ya he explicado anteriormente, esto es debido a un complejo de inferioridad o un problema de autoestima del hombre o de la mujer que asumen ese papel por motivos culturales.
Recordar, nadie es más que nadie. La violencia machista no es una invención. Y nadie nace maltratador, el maltratador se hace en el entorno familiar por una mala educación.
Muchas gracias.