Hay veces en que la prosa se nos queda pequeña, escasa, sin emoción, y es entonces cuando recurrimos al dibujo, al color, a la música, a los versos. En ocasiones queremos escribir de temas universales o muy cercanos. Queremos escribirlos sin hacer ni hacernos daño y recurrimos a imágenes, más o menos acertadas. Y en ocasiones el diccionario se me queda pequeño y me invento palabras como la que encabeza este texto. Creo que no existe la palabra poemando pero es eso, acercarse al poema sin saber muy bien si lo que ha salido es un poema. Porque pintar y cantar no se.
Así que poemando me he acercado a la soledad y a la necesidad de cariño, a la censura, la libertad, al valor de la palabra y la inquietud por hacer… Y esto es lo que ha salido.
No sé, lector, si te gustarán. No te preocupes si no las entiendes. Quédate con la música. Como esas canciones en inglés que tanto nos gustan, aunque no entendamos lo que dicen. Quédate con la musicalidad de las palabras elegidas y guárdalas ahí, en el subconsciente. Porque, quizás algún día sientas algo, te pase algo que solamente se pueda explicar con palabras como las que aquí te dispones a leer.
Sentías
Cuando dormías
solo en tu soledad
sentías.
Cuando sentías
solo en tu soledad
querías.
Cuánto querías sentir
solo en tu soledad
que te querían.
Pequeño
Que pequeño parece el campo cuando le pones puertas
y que estrecha la puerta para el forastero.
Quién hará esas puertas cariño mío,
quién las jambas, quién los pestillos,
que por inútiles y traicioneras hoy las maldigo
Campo sin puertas es lo que quiero
y puertas al fuego para mi fiesta.
Fiesta del campo y del forastero
fiesta con vino, voz y palabra.
José María Gomá Alonso para el Ribereño Digital.