Por María Cañete Usón
Hoy vengo a hablaros de un trastorno poco conocido, poco escuchado pero muy utilizado últimamente, ya que precisamente, en consulta, es el trastorno que más se diagnostica. Hablamos del trastorno adaptativo.
Según el DSM-5, el trastorno adaptativo se refiere a la presencia de síntomas emocionales o comportamentales significativos en respuesta a un factor de estrés identificable. Estos síntomas puede ser ansiedad, depresión, cambios en el comportamiento u otras manifestaciones clínicas.
Es decir, estamos hablando de una respuesta emocional o comportamental que se da ante un evento estresante o traumático en la vida de una persona. Y si nos paramos a pensar, esta respuesta la tenemos todos, tú y yo. Por supuesto, en este contexto, estamos hablando de una respuesta desproporcionada.
Mi intención con esta reflexión es que valoremos que este tipo de respuestas son completamente normales en el ser humano debido a las circunstancias de la vida, pero muchas veces alguien nos recomienda, o leemos, o nuestro propio médico de cabecera nos deriva, y terminamos en una consulta de un psicólogo, explicando que hemos tenido un suceso estresante para el cual hemos elaborado una respuesta emocional o de comportamiento determinada.
Esto, lejos en algunas ocasiones (no en todas) de ser beneficioso, nos pone en el rol de una persona enferma, pasiva y que necesita ayuda, por lo que nuestros mecanismos para “salir adelante” se relajan, se duermen, y dejan que otra persona externa nos guíe en el proceso.
Y con esto quiero que veáis que dicha respuesta (que en muchas ocasiones, por supuesto, es desproporcionada, causa malestar y ha de tratarse) es normal, es temporal, es pasajera y con nuestras habilidades y nuestras herramientas conseguiremos que se extinga, pero por el momento, tenemos que vivirla.
A esto hace referencia, en muchas ocasiones, el trastorno adaptativo, y es que, aunque muchas veces os decimos que ante el malestar psicológico hay que buscar ayuda profesional, también os decimos que no todo es trabajable, no todo es patología, no todo es enfermedad.